
No ha importado ya navegar en otras vagas fronteras, tan feliz esta mi alma por saber de toda la luz que le das a los sitios más temidos de pasos sin destino, poco sé de futuros y van quedando huellas en mi espalda, esas que tu fugaz presencia deja cuando de madrugada un blues anuncia tu lejana y conmovedora presencia en este oscuro tiempo en que me tienes, puedes hacer trizas mi cuerpo y desgarrar mi cordial monotonía, puedes quedarte con mi piel que se desgarra y con la sangre de mis labios derramada sobre la almohada en que tus sueños no descansan.
Provócame a buscarte entre las astillas de esta historia que no te pertenece, en la que eres visitante fugaz y tiempo renovado, dale aliento a los susurros cansados de lo que no te cuento cuando mis ojos contienen lagrimas de anhelo, que esa canción triste de mi vida sea el eco de una historia sin fatalidad, enséñame a conmover tus manos para hacer estragos la razón, déjame en silencio cada noche de efusión, devora esa ficción física que llamo deseo de probar de nuevo el néctar cálido de tu cuerpo, incítame a olvidarte para calmar el desazón, sabemos que no hay tiempo que alcance para esperar una ilusión.
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