La mente se agrava cuando las voces se ponen a danzar,
Y en compañía los pasos se anhelan dejar pasar.
En los pies late un pulso interminable,
Un canto lleno de tactos.
Mediocremente:
La luz de las velas pronuncia el nombre de ese cuerpo ansiado,
Pero quizá no sea el más deseado.
Las imágenes agolpadas en las manos
Lastiman los labios que besan sin sanar.
Cada espasmo se sufre como arma homicida de la serenidad,
El cielo negro no permite a la luna asomar su cordura,
Brilla fuerte la noche en esta escenografía de contactos,
De luchas interminables de estos devastados,
Olvidar es el sufragio no alcanzado,
Se acumula en la densidad ese sabor de ríos calmos,
No se ha dado tregua a cada quimera que en ambos sigue habitando.
El tiempo parece mal planeado dejando yagas de soledad,
Cada uno duerme ausente sin extrañarse cuando amanece,
Y de nuevo los ojos piden el hallazgo del mal compañero
Que no supo esta noche hacer callar la voz que no los deja avanzar,
Solo pintan es sus rostros cordialidad
Quizá así el recuentro sea más natural.
