Sin plumas en mi cuerpo
aun puedo observar el cielo
para levantar el vuelo,
con la consigna tatauda en la espalda
le doy un grito de tregua
al que dicen es mi destino,
sin creer nunca en el mal tiempo
le lloro a las tragedias de mi pueblo,
aun con mucho miedo
miro a los ojos de la gente en que creo
y respiro de nuevo,
no deseo mas que cambiar un pedazo de tierra para el mundo
ese pequeño fragmento del que no soy dueña pero si testigo
y traigo en el alma sangrando ese sentimiento de lucha, de tregua,
de presagio para el buen tiempo...