Frío y distante beso…

viernes, 26 de febrero de 2010


Te pido a la tierra como si fueras semilla de árbol, e ignoro tus noches de asombro;  busco con plegarias el reflejo de la madrugada en mis ojos; cuento despacio: 1, 2, 3, 4, sigo avanzando hacia el balcón como hoja seca en el viento, ¡corazón insensato que delatas tu ritmo sin espasmos!,  ¡tercas manos que piden ese infame contacto!

Con la voz atrapada en el vaso de cristal digo tu nombre a ciegas, escuchando como a las olas del mar los ritmos de tu cabello largo, tengo entre los labios y el olvido el sabor de esa boca con la que no me acompañas, le curo con agua y sal las heridas a mis piernas que no te hayan entre los caminos de piedras y frías brasas.

Y sin aliento terrenal mi cuerpo físico se aleja de la real soledad, perdiéndose de nuevo en esos sueños que te atrapan dentro de mi inmensidad, que te traen cada madrugada para mi deseo acallar, y de nuevo los tiempos de tu canción no escrita: 1,2,3,4, me complica tu voz que no escucho bajo mi señal de fuego que cada noche creo para que sepas lo mucho que te pienso.

Dame las agonía de un adiós infundado, déjame pensarte hasta que la mañana me alcance y el sol se lleve  tu reflejo, deja de ser este ángel al que le imploro mis desvelos, déjame perdida en la sensación de no tenerte, pero vete, ¡realmente vete!, ya no dejes que el tic tac de tu reloj me atormente, ya no me adviertas que sigues cerca cuando mi mente se alerta.

Que el sur te atrape sin prisa, y que mi camino de viejos mundos ya no nos pongan en el mismo día de abril, volvamos la mirada hacia el presente preciso de cada uno, ese camino siempre distinto, esta causalidad con la que altero mis ecos ya no buscara mas tu contacto de hierro, la paciencia no se agota, se agota el asombro de saberte siempre distante, y una vez mas bailo con el ritmo de la partida: 1, 2, 3, 4,  ya no hay mas espacio que no es de ambos.

Aquel lugar donde no me buscas extrañara tu voz inmensa, la gente de tus caminos esperara siempre tu retorno, pero mi alma insana se perderá entre el mar que me lleva y me atrapa, no pensaras con los días en mi boca de ámbar, yo poco a poco el dolor oprimiere, hasta que la noche me haga dormir sin aclamar ese último beso forzado que guardo para este día de confesión sin aliento…

Costumbre.

viernes, 19 de febrero de 2010


Tengo la tranquilidad posada en las manos frías por el viento de lo ya conocido,
la tengo plasmada en la planta de los pies que reconstruyen los caminos viejos,
los caminos soberbios de adolescentes insolentes,
haga lo que haga la moral no aparece dándome excusas para callar,
sienta lo que sienta la cordura no deja a mis labios pensar,
te nombran como deseo,
te aman en su desvelo,
y te añoran en sus días de viento;
con el ritmo de canciones olvidadas
trato de dejar que las manos cubran con los dedos las ganas, 
tengo los días pegados a las manecillas tercas de tu reloj,
tengo tu imagen posada en lo más profundo de mis ojos cansados
a los que ya les pesan las lágrimas y los años,
con los que miro el vacio indignante de lo elegido
y no importa nada de lo ya vivido,
no consumo mis historias por tu cuerpo
y esto ahuyenta a los demonios más sinceros;
veamos desde lo profundo lo ya partido,
concibamos en el vértigo la pasión y
en lo más esplendoroso el amor,
al que le rehuimos,
del que tantas veces hablamos sin darle un verdadero camino;
los días se tornan cada vez más lejanos,
y la distancia práctica debe de ser la excusa perfecta
para lidiar con la tristeza del día a día,
esa que no le corresponde a nuestro fugaz coincidir,
esa que no le pesa a mis manos en tu espalda,
aquella que ignoramos en nuestra ausencia cotidiana.

Búsqueda.

lunes, 15 de febrero de 2010

 
Inocencia

Ceñida a la cintura del universo disperso, trato de darle nombre a todos esos actos atroces que en el mundo veo, egoístamente apresuro el paso sin mirar, pues lo que mis ojos reciben va dejando a mis corazón sin fuerza una vez más, tantas palabras escritas y tantos versos no resueltos, y tú sigues creyendo que todo se trata de amor, de ti…
… la noticia de hoy en la almohada de nuestra habitación extraña te dice que el mundo es lo que me importa, que el camino que seguimos anda por vertientes distintas, mientras tú vas preocupándote de la diaria y cotidiana despedida, mis manos me exigen llevar a los espacio de incógnitas solo el calor que de ellas se podría desprender, añoran perderse entre la sierras de un país que aun no termino de conocer, liarme a los niños que cantan sin que los escuche el cielo, que añoran vidas no de demostraciones enriquecidas de materia, sino enriquecidas de verdad, de ánimo para andar, mi cuerpo en inercia añora caminar en islas desiertas para entregar la poca paz que yo podría dar, la insignificante ayuda que soy capaz de otorgar, sin esquemas de búsqueda para un reconocimiento de nada ni de nadie, solo con la cordura de ser tangente con lo que mi alma pide, y lo que de ella ya no es, esas ganas de que los versos de amor no tengan dueño, sean de una humanidad a la que pertenezco, los labios y las palabras no saben de fronteras o de ciudades ajenas, todo es uno, uno es todo, como en la cartografía antigua donde nada se separa, donde estamos todos, no importa que el mundo cambie y desdibuje las esperanzas, o que el cielo día a día carezca de miradas, poco ya vale que uno se derrote ante su corazón débil y su alma temerosa, debo de levantarme entre los escombros de mi comodidad, de mi fe, de mi tan estúpido egoísmo, debo dejar de lado cada cosas que me hace sentirme en la penumbra de lo que no será, para poder dar esto que arde dentro, estas ansias de escuchar historias de ancianos perdidos en lugares faltos de agua y llenos de hambre, debo intentar dar lo que cada uno venimos a dar a este mundo, pues hoy en mi habitación que me resulta insultante, me pregunto si realmente la vida es un proceso tan absurdamente planeado: nacer, madurar, concebir, morir… no me importa que tan real sea esto, dentro de mi inconsciente pensamiento sé que hay mas, que la felicidad que buscamos y pregonamos no solo se trata de uno o de dos, se trata de la infinidad, de buscar en los recónditos lugares a personas que nos enseñen el valor absoluto con sus cantos antiguos, con su sabiduría de vida, con cada forma tan distinta de mirar, la felicidad se que hoy en mi camino esta vertida en las manos de extraños que aun no conozco, aquellos que mas que ayudarlos los busco para aprender, para intentar ser alguien más que solo un nombre en un registro, o una mujer con destino…

Pronto me perderé por aquellos caminos místicos descubriendo poco a poco la verdadera sabiduría de la vida en nuestro mundo, y moriré, lo sé, tal vez vieja, tal vez no, pero ignorante quizá más aun de lo que se lo soy hoy, pues no hay vida que me alcance para encontrar lo que sé el mundo tiene que enseñarnos…

Aún.

jueves, 11 de febrero de 2010


El silencio no nos ha abandonado aún,
pues las frases de los ojos lo han dicho todo,
han llamado al amor innombrable
han hecho a las caricias perpetuas
como si fueran peces nadando por un mar lleno de estelas de vida y muerte;
el viento ha cruzado por los labios
creando un aliento dulce que termina en llanto,
la piel delgada de las manos
conoce ya los más místicos rincones del cuerpo,
dejando un sutil dolor,
de un suspiro se borra el tiempo,
y los versos orillan a encontrarnos sin retorno,
no hay mas inspiración,
todo lo que se queda o sale de la punta negra del lápiz
es  lo sublime de estar aquí y ahora,
en el lapso del deseo
y en un espacio de realidad.
Pues no existe mas que permanecer
y ser.

Entre tú, el recuerdo y yo… 1:40 am.

lunes, 8 de febrero de 2010

Bajo la piel de los años cansados y ásperos, los días de soñar con niños que no fueron nombrados me retornan a los únicos días donde era sana, moralmente honesta, donde las venas infectadas de dolencias infantiles se volvían ríos de lava que me elevaba a lo más eterno que los sueños pudieron pensar…

…Tantos cigarrillos consumidos junto al clima que lastima en mi habitación, (solo recuerdos son) me digo, mientras la noche me aconseja palabras y sentimientos prohibidos desde hace tiempo, tu nombre imposible y mi llanto insaciable se agolpan, las manos frías ya no tienen fuerza para tu rostro acariciar entre sueños…

…el rostro que le he dado a mis deseos ya no tiene sentido mientras divago con las palabras, mi corazón en trozos perdido se quedo mientras me alejaba de la realidad insensata, la partida de las noches cálidas sigue repitiéndose en mi alma cada noche en que mi vientre me reclama lo que no dejamos ser…

…mi cama me remuerde, tu rostro difuminado entre las sabanas me atormenta, el pensamiento me entorpece y el pasado me acosa, no puedo diferenciar mas la realidad, solo los anhelos me mantienen aferrado a este lugar, pues todo lo que me llenaba se esfumo y nunca le dije adiós…

…la distancia ya no se compara al tiempo, los años ya han hecho estragos en las manos que sinceras en tu rostro eran, hoy he llenado con sabia perturbada mi cuerpo, colme de demonios mis sabanas y desgarre mi alma en cada cama, involuntariamente mi mente me acusa de lastimar lo más amado, de dejar ir lo único que pudo ser eterno con los años, me he perdido tras no borrar tu rastro…

…siguiendo la vereda errónea, surcando caminos extraños, los tiempos pasados y distantes, esos que recuerdo al parpadear, al sentir las texturas en la imaginación, y oler las miradas enamoradas que ya no pueden ser, se han perdido en el tiempo, entre decisiones inhumanas y corrosivas que colman la existencia de tiempos perdidos…

… y si logro dormir en algún minuto silencios: tus tactos, el aliento que me otorgaba inmensidad, y los cálidos días junto a tu mar derrochado, me llevan en declive por espasmos lunares, donde solo éramos tu y yo, me arrojan desde lo cotidiano a pensar en ese submundo que inventamos: callados, escondidos, inmensos, en una habitación solo tuya, solo mía, de aquel sublime sentimiento que un día fue mi pan de cada día…

… solos en nuestro mundo perdido, donde solo las almas más puras se regocijaron sin prescripciones ni miedos, donde los cuerpos se llenaban de alma día y noche, donde las angustian no cabían, un lugar nuestro sin prisa…

…hoy solo la adultez nos pierde en aquel adiós de niños cálidos, que maravillosos años que se quedan en la memoria, que calor se siente al pensar en el diminutos ser que de la luz llego y a la luz retorno para atar nuestras existencias extrañas…

…Algún día al fin podre buscar los sueños que noche a noche me arrojan por la ventana tras el ser que me ato a su pecho y yo desgarre para dejar atrás el temor de seguir andando sin saber por donde mis pies guiar, y por donde mi cuerpo invocar…

…toma mi mano para no dejar a los años desangrados, tómame en la distancia y no sueltes jamás nuestros secretos, dejemos que las conciencias sanen, dejemos que los años se hagan humo, que los cuerpos físicos sean solo cenizas y logremos la eternidad…

… dejemos que el humo de la habitación nos guie a donde no podamos tropezar, al fondo del vaso que se hace infinito para en el nadar, encontremos nuestra vida, y démosle paz…

2:38 am

jueves, 4 de febrero de 2010


Me esta costando leer, leerme, desdibujar las horas para darle forma a las estrepitosas ideas del camino que he dispuesto como único, me sigue costando dormir como a los doce años cuando por alguna razón las letras eran avispas somnolientas que picaban ansiosas a las 3 de la mañana, hoy han perdido una a una su aguijón, pero no murieron o es quizá el zumbido fantasma que dejaron como eco dentro de mi terca e inmoral memoria, dentro de mi oído sordo ante la vida matutina, y las sabanas van acalorando la piel hasta hacerla andar como sombra por la habitación que se ve inmensa de madrugada.
Que es lo real y que estoy imaginando en esta noche?, no lo sé, ya no distingo entre lo que digo y lo que simplemente pienso, me someto al análisis clínico que tengo bien aprendido desde que tomaba los libros de mi padre, amigo de las supuestas verdades de la mente humana, y la herencia materna de las preocupaciones trágicas e infundadas me asalta, revuelvo dentro de mi alma cada colorido y sensato momento de calma para borrar lo que no sirve, lo que no aguarda, suelto entre los labios de mi fiel compañero la sabia infectada de mis demonios mas guardados, me sumerjo en recuerdos innecesarios de una niñez corta, que en la copa de un árbol perdió las ganas de volar con los brazos abiertos, al ras del suelo, y contra el viento; en esos días las heridas eran sencillas, sangraban pero con la mano del amigo tierno y un poco de agua sucia de algún lugar extraño sanaban, esas heridas hoy se reflejan en mis piernas haciéndome saber que fui plenamente inocente en aquellos días, no importaba la vida diaria o saber cuánto mas sobreviviré, las estrellas tenían una forma inigualable y se sabían con el nombre que el niño vecino y yo les dábamos mientras el pasto le hacía estragos a la ropa que mamá tanto decía que costaba, pero que poco nos importaba mancharla de historias nuevas en las que éramos piratas, guerreros o simplemente niños tercos.

Cada momento que me asaltan estos inmensos y costosos recuerdos creo de nuevo en la fragancia cautivante de la sonrisa del amigo infantil que solo queria jugar, creo de nuevo en que soy capaz de controlar mis arriesgados sentimientos, creo que aun soy la inocente niña impaciente por sentir las hojas secas bajo sus pies alegres, y la fe en lo intangible me invita de nuevo a andar con la paciencia y la sonrisa tatuada en las manos, con los ojos cansados pero llenos de emoción esperando que alguna pequeña sorpresa los haga llover desde lo más profundo y desde lo más sincero, y los ojos de el perro que en mi puerta ladra ya tiene más sentido cuando me sonríe y me otorga la compañía más noble y desinteresada, el pez rojo junto a mi cama da vueltas mirando a la ventana, entonces descubro que lo tengo que llevar al rio detrás de mi casa, por qué someter a rojizo amigo a mi compañía absurda y aburría para sus ansias de explorador de agua.
Tantos vagos sentidos son los que anhelo, esos que poco ya recuerdo, pero eran inmensos, coloridos, sencillos, eran los que con palabras naturales, (no esas que uno rebusca en lo interior de la adultez), creaban versos sabios acerca de lo verde vibrante de los arboles, de lo inimaginable que las flores guardaban en las noches de baile, de las tiernas hadas que jugaban con el cabello de aquella niña de ojos siempre tristes pero alma siempre andante, en qué momento perdemos la fe o las ganas de descubrir sorprendidos los secretos que no son palpables, en qué momento besamos los ojos de los compañeros con la mala intención de envolvernos en sensaciones insanas, en qué momento dejamos de ser honestos como cuando con la sonrisa sensata confesamos que habiamos pisado las plantas del jardín amado de la vecina que miraba asustada. Veo de nuevo mis manos y ya se notan desgastadas, quisiera creer que fue el viento contra el que volaba, pero recuerdo que han sido solo mis ganas de en ellas encerrar las cosas que no eran para mi, eran las ganas de aferrarme a los días complicados de alguno que otro ser poco amable con el que me cruce; hoy solo me resta ser tolerante y optimista, ver hacia la ventana y descubrir que sigo aquí, con, sin, o pesar de lo que sea, aun siento el viento frio en mi rostro y aun tengo alguna que otra esperanza infantil, así que sobre el asfalto volveré a jugar y en la arena del mar escribiré mis nuevas ganas…
 
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