Simulacro

lunes, 31 de enero de 2022


 Lo primero que respiro cuando despierto… 

... humo de realidad indiscreto.  

Y en los ojos el camino, 

Despierta la tierra,  

Pétalos de letras, 

 

Un suelo fértil 

Donde cae el cuerpo 

Y los sonidos crecen

 

Madura la noche, 

Saciando el hambre, 

Y todo tiene sentido: 

Eso que no conoces 

Lo que más tememos 

 

Y somos hermosos animales 

Con instintos reales, 

Metidos en dos cuerpos 

Conjugamos nuestros sueños 

 

El agua se vierte entre señuelos 

Creando incendios de anhelo, 

Y vamos contando pasos, 

Y dejamos atrás secretos vanos 

 

En los ojos negros de aliento 

La revolución florece lento, 

En los ojos más claros de fuego  

Todo tiene un sendero 

 

En las miradas directas 

Se hace lento el tiempo 

 

Si te tengo con la luz directa de la noche 

Te muestro el cielo, 

Si me cantas cuando el sol nazca  

Te regalo los ríos intensos    

 

 Vamos, ven, voy… 

no te suelto,   

que la vida no sabe esperar, 

que inspiras a siempre querer volar. 

El sol no salió.

jueves, 8 de agosto de 2013

Me contamina la memoria esa sensación violenta que flota entre la marea
Y el perfume del que se va a trabajar,
Ese miedo de no saber cuándo  volverás si cruzas la puerta.

Los niños ya no salen ni juegan,
No conocen de los pájaros que cantan en las copas de los árboles,
No saben de cómo una flor se la lleva el mar.

Somos entes de asfalto pasmados ante lo que las noticas gritan,
Solo tenemos el aliento de pisar firme aquella orilla arenosa
Que trae olas y que deja que uno respire de vez en vez.

Qué grato seria ir y recoger caracoles,
Recoger recuerdos de sonrisas y tactos amables,
Pero vivimos pendientes de miradas ajenas,
Cuidándonos las espaldas como si huyéramos de nuestra propia conciencia.

El miedo ata los pies,
Los silbidos incesantes de armas invisibles, aturden las risas,
Y es mejor guardar silencio,  
Escondernos bajo las sabanas de la indiferencia;

En este tiempo aquel que se manifiesta termina herido,
Los desaparecidos ya no duran años enteros en la incógnita
Hoy los encuentras a los tres días en alguna senda agónica,
Con las miradas apagadas, y los cuerpos  mutilados de pavor.

La batalla de hoy.

miércoles, 31 de julio de 2013


Tengo escrito en la espalda mi más sentido grito de aquella revolución silenciosa que comenzó a nacer entre tus pies y mis manos que rogaban por crecer, que jugaban con el viento de tu ojos, y esas nuestras incendiadas armas que llamamos nuestras palabras;  a tu partida creí que el miedo me iba a vencer, que los cañones del silencio serían más fuertes que mi temple para permanecer andando ahora sin ti,  gritándole al sol que deseo continuar y crear... vino la primavera,  y  ese sin fin de inviernos, y tú en ellos con cada sueño,  poco a poco volví a sonreír con el sonido lejano de tu voz, al compás de esa guitarra que dormía en tu cama, el dolor se volvió agua, para asimilar mejor que no importa la forma tu estas en pie luchando por creer, que antes de mí y de ti, antes de ambos, ese fuego ya era llama incandescente, antes de encontrarnos mirando la misma tierra fértil fuimos andantes de pasiones por el mundo y sus secretos siempre ajenos.
Y heme aquí:  dedicando intentos, contemplando logros, sonriendo con cada espasmo de las pláticas largas que son ahora para mi alma, la mejor ofrenda a tus ganas de crear emoción, emocionalista te decías, emociones es lo que dejaste en mi vida; era respeto,  admiración con lo que siempre mis ojos te veían, y hoy es  profundo amor, ese que no seduce, que no ata, que solo va, ganas de seguir nuestro sendero con mi ojos puestos al viento, y mis pies en el tiempo, ¿contigo?   Si, en las manos y en los sueños, contigo en la mente y contigo caminado juntos, yo por ahora con el cuerpo encendido, y tu con la presencia cálida de siempre

Requiem.

martes, 16 de abril de 2013


Traigo hoy arraigado en el alma, ese sabor nostálgico del  cotidiano café en soledad, tengo en las manos la intermitente urgencia de salir a pelear esas batallas que se han detenido tras mis pasos lentos, muevo el cuerpo constantemente entre las paredes de este insoportable tedio, el pesimismo lo evito cada madrugada cuando mis ojos despiertan serenos pero con añoranza, después de este tiempo, ya me acostumbre a encontrar el camino hacia las ganas de crear, ¡sola!, siempre sola, con mi mano al viento, con mi cuerpo lleno de esperanza; pero de vez en vez cuando el día cansa, cuando la madrugada inquieta, o la noche se vuelca silenciosa y monótona, es en ese instante que mi mano te extraña, es en ese momento que la dualidad de mi sonrisa que te celebra, y mis ojos húmedos que te han buscado, me hace mirar de nuevo al cielo, saber que no estas ahí, saber que no miras las estrellas a las mismas deshoras como antes en nuestra tangible distancia, quizá ahora las miras desde otro angulo, ¡quizá...!  solo esa creencia me queda, entonces vuelvo a dormir para despertar con mi vida diaria, con los viejos desconocidos, con las
lucecitas encendidas de mi alma, con aquellos que van llegando y alientan a seguir andando, no me queda más que conversar con aquellas nuestras cartas, o esperar que tu incierta presencencía me regale esa brisa cálida para sonreír mientras mirando al espejo descubro mis ojos con esa canción triste que solías decirme en secreto;  alguna vez te lo dije, alguna vez lo cante, y lo disfrace, y lo grite, y lo calle: -no te extraño ni te añoro con el dolor común de una ausencia irreparable.  Ya ni a la muerte le reclamo tu partida, ni me resulta un misterio trágico entre tú y yo, es solo que la vida a veces me recuerda que llegaste a mi sendero y me permitiste sentirme cómoda en tu camino, y esa familiaridad de hogar ajeno es el que de vez en vez deseo solo para poder respirar y continuar…
… mientras exista un amanecer para mí, o un insomnio incomprendido para mi alma, te pensare, sonreiré para y por ti, y quizá un día volveré a llorar por no encontrarte, pero recuerda siempre que días tenues como hoy me recuerdan la maravilla que es encontrar seres como vos, aunque sean historias tan breves, aquí estoy con la lucha constante la que ya existía en mi la primera vez que nos vimos, aquí estoy con la alegría inquebrantable que me enseñaste a crear, aquí estoy sola como cuando me encontraste pero siempre con las ganas de soñar…

La noche de los intentos.

lunes, 31 de diciembre de 2012




Hastió involuntario
de las corduras arraigadas,
tengo hambre de silencio,
sueños de luz y canela,
 alma de espera...


Araña los suspiros
con la lágrima seca 
intacta en tu cama,
derrama como miel
mi amor translucido
en los pliegues tibios
de tu cuerpo incierto.

Con pasos felinos,
silenciosos,
agudos,
tercos,
intento malgastar
tus labios en mi cuerpo.

Terminar con la asidua espera
para esta lejana agonía
de deseos incontenibles
para mi centro inmerso
en tus palabras susurradas,

Bajo las montañas
se posa dulce el aroma
de tu mar caliente,
desgárrame entre las telas,
destroza mis creencias,
dame agua fresca,
termina con la piel
que callada te anhela.

Fuego de anhelo.

sábado, 23 de junio de 2012




Le grito a la aberrante noche
que deje de sabotear mis plegarias,

Los fantasmas más queridos
no vienen a restaurar la fe en mis enemigos,
No tengo ganas de creer
en eso que dicen las vagas noticias, 
No tengo tiempo de pensar
en el desgaste de la vida.
Sigo ausente, sin euforia;
El amor ya no es algo que me atraiga,
todo es un sendero ciego
entre la gente mal gastada.
Ahogados en las palabras tan insanas
de los que no desean nada,
de los que no nos quieren ver sobrevivir,
nos consumimos en pura rabia.
La vida es una lucha constante
sin anhelos,
sin porvenir,
con las puras ansias de existir.
De que nos sirve ahora la esperanza,
tantos años y sigue pasmada bajo las manos
de los que no nos atrevemos a seguir,
conmovidos por el cielo gris.
Podría levantar mi campaña de pesares,
podría unirme a los ojos de la lucha,
si tan solo percibiera en las consignas
la promesa de no rendir las fuerzas y volvernos a construir.
Mientras tanto esa estela de melodía ya pasada
me sigue dando una razón
para no extinguir la pasión que nació en abril,
para no hundirme entre falacias, ni treguas innecesarias.
Seguiré en pie,
por mis creencias,
por la luz de tu Blues que se fue
seguiré por las ganas de al miedo vencer.

Ying Yang

domingo, 12 de febrero de 2012


Sin plumas en mi cuerpo 
aun puedo observar el cielo
para levantar el vuelo, 
con la consigna tatauda en la espalda 
le doy un grito de tregua 
al que dicen es mi destino,
sin creer nunca en el mal tiempo 
le lloro a las tragedias de mi pueblo, 
aun con mucho miedo 
miro a los ojos de la gente en que creo
y respiro de nuevo, 
no deseo mas que cambiar un pedazo de tierra para el mundo
ese pequeño fragmento del que no soy dueña pero si testigo
y traigo en el alma sangrando ese sentimiento de lucha, de tregua,
de presagio para el buen tiempo...
 
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