María llena eres de gracia.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

María siempre tan distinta a cada hora de la noche, pasando del desconsuelo vespertino a la vida misma por las madrugadas, en que los ecos de todos aquellos que ha amado pasan a visitar sus sabanas de lienzos blancos, cada uno de sus amantes fantasmas ya no escuchan aquellos ecos que años antes envolvían los fervores; después de un año atroz María sigue con los ojos ausentes de la realidad liviana, trazando su camino con esperanzas efímeras y poco alcanzables.

A la hora macabra para sus creencias nostálgicas ella trata de dejar de lado cada espasmo que estremezca su cuerpo, pero después del aprendizaje de una vida malgastada, la única sensación consiente y encendida es la pasión interminable, va deseando que el apetito la consuma con un amante furtivo esa noche, pero la sed es insaciable, pues si bien no encuentra el contacto de un cuerpo cálido, tampoco ve el día de un encuentro franco, y la mañana llega, cronológicamente también aparece la obligación de la conciencia y un sentido moralista poco práctico; será que siempre ha sido la dualidad, la complejidad que la envuelve y de algún modo la ahoga, pues vivir su vida con cierto parámetro de ocultismo la va manteniendo en una existencia doble, de día María es práctica y poco sensible, pero la noche la revela delirante, capaz de envolver su alma y ofrendarla como fruto prohibido. Siempre con la ansiedad puesta en las manos y las caricias, con el beso mordiendo sus labios; esta es la que nació de los padres insanos, la que creció entre creencias de universos y en soledad con su alma ardiente, que mas decir sobre ella si solo verla es notar el afecto extremado ante los condescendientes, la que podría parecer vulnerable y la victima perfecta, pero todo lo calcula como preludio de una historia anhelante por no ser olvidada.

Siempre con las ganas puestas en lo místico, deseando a cada paso un encuentro con quien vierta en su vientre la magia más pura, pues no le gusta ser imagen para las noches de adolescentes codiciosos, o mujer de hombres terrenales, prefiere las historias que fluyen, las etéreas, y al mismo tiempo su temor despavorido de encontrar a quien la desarme la excita a seguir buscándolo, siempre va pensando que el día que de frente tenga a ese ser efímero capaz de dejarla sin pausas planeadas o palabras bien estructuradas será el día que su espíritu descanse y no para jurar ataduras concretas o compañía perpetua a su anhelo místico, sino que la paz más sensata la dejara con el alma nueva y aun más dispuesta a historias de renovación. Tan temido y añorado es este descubrimiento que desde sus primeros pasos por las fauces del amor, ha buscado este momento donde se conjugan los deseos más carnales, los sentimientos más puros y las incondicionalidades menos ortodoxas.

Que será de María en estos días de agua clara, que será de ella en las noches incandescentes en su almohada, que será cuando la magia se vierta en sus labios callados…

… hagamos un breve aliento para dejar que ella despierte y siga su camino de secretos, tal vez pronto tenga algo que contarnos.

No hay comentarios.:

 
FREE BLOGGER TEMPLATE BY DESIGNER BLOGS