los cuerpos ya no miran cuando van por calles de silencio,
el cielo tan incierto con esas nubes nostálgicas anuncia la llegada de una tarde más
donde el humo y las ausencias son lo acostumbrado,
donde ponemos el futuro de ante mano,
cada espacio es habitado por agonías,
insomnios, o males de la mente incurable.
Nos vamos creyendo los miedos,
y terminas por saber poco de mis silencios,
confrontamos los susurros cuando les gana el lamento,
y las melodías delatan al cuerpo;
El espejo ya no es cordial con los ojos de hierro,
careciendo de adulaciones necesarias
no entendemos lo que está naciendo.
No sobra tiempo y nos faltan esfuerzos,
lastimosamente nos regalamos besos absurdos
(frías esquirlas de lo que fuimos)
sonreímos creyendo ser honestos,
y la mirada absorta grita las mentiras más sentidas
con las que acariciamos la noche
y así logramos habitar las frías brasas de la cama.
Solo dale vuelta a la página de ese libro
Lee unas palabras más
No importa que no llegues al final
Solo unos minutos más
Déjame terminar de sanar…
1 comentario:
Supongo que es una soberbia rutina que nos deja ser mas falsos todavia , o mejor aun , somos mas cerdos al ser mas honestos ... Nunca me fui ahi he estado ...
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