Sed de madrugada.

Siente en la oscuridad el dolor ligero de mis labios cuando los muerdo, provoca a la piel para que esta alma no se destierre del suelo fértil del éxtasis secreto, llévate a tu submundo de historias reveladas mi boca que te recorrerá en infinita paz. Que las palabras se distingan y los versos nos embrujen.

Tengo el afán bajando por el cuerpo y como pequeñas gotas de agua se derriten entre los dedos, y si te nombro en voz alta hay una muerte lenta, y si te provoco en las sombras hay un bálsamo de cielo; extasíame con tus deseos suaves para que la entrega concreta sea un arrebato de miradas cautivas, un sendero de cuerpos efusivos, creemos un beso fugitivo en el centro de este espiral misterioso.

Tal vez el amanecer llegue con teorías nuevas, con sorpresas de ojos iluminados, con tu voz traspasando mi habitación, con un tacto lejano que me arrebata el aliento y me deja en declive por los ecos de lo que se dice a solas cuando el alma no pesa, cuando los oídos del mundo no escuchan, cuando somos solo ambos en el naufragio de las emociones, hagamos nuestra isla desierta…

… busca esta mañana en tus labios mi tacto pues anoche se fue el deseo hasta tu recinto sagrado, para regalarte sueños efímeros y días templados.